La Carta

Pues sí, menuda carta. Y me refiero a la carta del 5 de enero de 2010 del muy honorable sr. Montilla, que no a la Carta Magna, ésa molesta cosa que tanto le repele a nuestro gobierno tripartito, y por extensión, a nuestro excelentísimo Presidente del Gobierno, el de “aprobaré el estatuto que salga del Parlamento de Cataluña”...

Esa carta, con ese tuteo, ese colegueo, ese tonillo: “estoy seguro que Cataluña podrá contar con tu soporte, de nuevo, y de la institución que representas.” “Te ruego que hagas extensivo mi mensaje de afecto y agradecimiento a todas las personas que forman parte de tu organización.”

Es reveladora, la carta. Me dirán que las cartas suelen serlo, pero no siempre es así. En este caso, revela a las claras lo que opinan de la independencia de la llamada sociedad civil el gobierno de la Generalitat y su muy honorable Presidente. “Una vez más, la unidad social y cívica de la sociedad catalana se ha manifestado con total firmeza, generando un sentimiento colectivo de afirmación confiada y positiva.”

Por favor, no se queden en la horrenda sintaxis, ni en lo cursi y pomposo del redactado, que aún siendo importante, en este caso es secundario. Lo principal aquí, es que está claro que para D. José Montilla, las 200 entidades receptoras representan, más aún, son la sociedad catalana en su totalidad. Y dejo claro lo de de receptoras. Ignoro si también serán donantes.

Lo que si es seguro es que son sumisas. Y de no serlo, lo exige: “Y si llega el momento en que sea necesario dar una nueva respuesta política y cívica, clara y unitaria, estoy seguro que Cataluña podrá contar con tu apoyo de nuevo, y el de la institución que representas.”

Y luego viene la velada, o no tanto, promesa de futuro: “Contad, siempre, con el soporte del Gobierno de Cataluña y con mi compromiso personal de apoyaros en todo aquello que esté en nuestras manos.”

Qué carta, señores. Qué bochorno. Qué retrato más crudo.

Por cierto, la famosa carta me la he bajado de internet. A los de C's no nos la ha enviado.

Y orgullosos que estamos de ello.