¡Feliz Navidad!

La insoportable banalidad del lenguaje

Una de las tácticas más usadas por los nacionalistas y sus acólitos consiste en banalizar las palabras, despojándolas de su significado original y revistiéndolas de un carácter de definición política del adversario. Es utilizada habitualmente por parte de los independentismos más extremos, dedicándosela asiduamente a todo aquel que no tiene la misma opinión para así, día tras día, dejar claro que el objeto de sus diatribas deja de ser una persona, un individuo con creencias, opciones y derechos para pasar a ser y no necesariamente en este orden: un fascista, un colono, un lerrouxista, un fundamentalista, un neo-ultraderechista...

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Comentarios ofensivos

Algún sinvergüenza que entra por aquí ha colgado comentarios utilizando mi nombre. Los he borrado en cuanto los he leído. Mi identidad como propietaria del blog queda resaltada porque mi nombre aparece en azul, no en negrita como los demás. Estoy harta ya de este tipo de personas que sólamente entran para insultar o hacer el indio, con total falta de respeto hacia los demás.
Desde ahora, todo aquel comentario con insultos o majaderías será borrado.
Aquel que se comporte como un niño pequeño será tratado como tal.
Por lo demás, todo debate, argumento o razonamiento, siempre es bienvenido.

Concentraciones silenciosas.

Esta mañana, ha fallecido el joven guardia civil Fernando Trapero, la última víctima de ETA.
La AVT ha convocado concentraciones a las 8 de la tarde, en los ayuntamientos de toda España para guardar un minuto de silencio en su memoria. Aquí nos hemos reunido unas cuantas personas frente a la Paeria, unidos por la pena y la rabia.
Mañana, la Federación Española de Municipios convoca a las 12 delante de los consistorios. Una vez más, allá estaremos.
Ah, y de aquí al lunes, la AVT solicita colocar banderas españolas con crespones negros en los balcones... pues también las pondremos.
Una vez más, sólo pido un sencillo ejercicio de empatía: Ponerse en la piel de los padres, los hermanos, las parejas o los amigos de los asesinados.
Y luego reflexionar.

Dolor

Si, dolor. El dolor de dos familias que se han quedado sin hijos, uno muerto, el otro comatoso.
Dolor de todas las personas normales que sienten estas pérdidas como suyas. Dolor de los demócratas porque dos muchachos de 23 y 24 años han pagado con sus vidas la ineficacia del gobierno y los disparates de una negociación que no ha servido para nada más que para dar fuerzas y dinero a la ETA. Dolor de los ciudadanos que ven que con sus impuestos se pagan los sueldos de los terroristas y los calzoncillos de los presos.
Dolor.
Y rabia.